Aguallueve de Anento
Por Pablo • 11 Mar, 2015 • Sección: Mis ExcursionesItziar está a punto de cumplir los nueve meses y salvo los paseos con los perros por los montes de Valdespartera y el Canal, no hemos hecho ninguna excursión con ella. Ya de cara a la primavera y el mejor tiempo, buscamos algo sencillo, sin apenas desnivel y no mucha duración para ver qué tal nos organizamos. Tras barajar un interminable listado de excursiones sencillas, Leyre elige como primera excursión “oficial” el Aguallueve de Anento.
Fecha de realización: 1 de marzo de 2015
Distancia: 2,5 km.
Duración: 1 horas 45 minutos (se puede hacer en media hora, si sólo te dedicas a caminar)
Desnivel acumulado: 80 m.
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Hablamos con Roberto y Marta, que se animan a venir con Violeta, de 3 años. También hablamos con Isabel y Oscar, no montañeros, para que se animen a venir a dar el paseo con su perra Pipa y se lo comentamos también a mi herman Pili y mi sobrino Hugo, de 4 años. Además de llevar a Sua, llevamos también a Bond, que está muy mayor y cojo de las patas traseras. Daremos el sencillo paseo por el Aguallueve de Anento y nos pegaremos un homenaje de comida en los bancos del parque.
Pese a que estaba prevista una tregua meteorológica, salimos de Zaragoza con cielo encapotado y mientras subimos el Puerto de Paniza caen unas gotas. Nos dirigimos hacia Anento por la Autovía Mudéjar, cogiendo la salida nº 206 “Lechón-Anento” Enseguida llegamos al pueblo, aparcamos en la explanada del campo de fútbol y nos preparamos, pero está tan cubierto que nos da miedo arrancar. Así que volvemos a montar en los coches y retrocedemos por la carretera hacia el Castillo, situado en la parte alta del pueblo.
Decidimos comenzar por la visita al castillo (entrada libre), que conserva tan sólo un torreón y un trozo de muralla con el Paseo de Ronda.
Mientras hacemos tiempo visitando el castillo y contemplando las vistas del pueblo desde lo alto, el tiempo parece que mejora, así que nos animamos a empezar la excursión al Aguallueve desde aquí mismo.
Descendemos al fondo del barranco por un sendero muy empinado con algunos tramos de escaleras. El contraste entre grandes caos de rocas y tierra debido a la erosión es espectacular, con numerosas formaciones muy peculiares.
Una vez en el fondo del barranco, llegamos al cruce de pistas, hacia la derecha iríamos a Anento, que sería el itinerario si hubiésemos empezado desde el pueblo, con la subida y bajada al Castillo por el mismo sitio. Nosotros nos dirigimos hacia la izquierda, hacia el Aguallueve. Enseguida se pasa por una curiosa fuente con un surtidor en forma de chorro por su parte superior y unos bancos para picnic.
Instantes después llegamos a la balsa que recoge el agua del Aguallueve. Justo antes de bajar, hay un desvío hacia la parte superior del circo rocoso para visitar el Torreón Celtíbero. Nosotros no lo visitamos, vamos directos al Aguallueve.
Y tanto hablar del Aguallueve pero aún no hemos explicado nada de él. Pues ahora que hemos llegado vamos a verlo con detalle, se trata de surgencias de agua que brotan en forma de hilos muy finos a lo largo de un tramo de pared caliza. Dicha agua procede de acuíferos subterráneos que encuentran escapatoria por pequeñas oquedades de la pared y algún otro acuífero subterráneo, dando lugar a una pequeña balsa represada.
El agua, al escurrir lenta y constantemente por la pared, provoca que crezca una fina capa de musgo, originando un rincón muy espectacular.
Aunque lo espectacular debe de ser en pleno invierno, con todo el Aguallueve congelado. Volveremos, pero otro invierno que Itziar sea más mayor, ya que habrá que venir un día con mucho frío.
Vista de la balsa desde el final del circo donde se encuentra la pared del Aguallueve.
Y justo a continuación, nos encontramos con una pequeña cueva en la misma pared del Aguallueve.
Al final de la misma, hay un pequeño agujero por el que asomarse hacia el camino.
Otra perspectiva de la pared del Aguallueve.
Nuestra primera excursión con Itziar, que también se lo pasa en grande.
Continuamos el paseo por la orilla contraria del barranco a la que veníamos y llegamos a Anento. Arriba los restos del Castillo y unas cuevas.
Dejamos a los perros y a los peques con sus madres en los bancos del parque junto a la Oficina de Turismo y Oscar, Roberto y yo nos vamos a recoger los coches. Por la parte alta del pueblo, donde están las bodegas, salen unas escaleras que se digen al Castillo, donde hemos empezado esta mañana la excursión.
En diez minutos se puede subir y arriba y en media hora más, hacer toda la ruta, pero nos cuesta hora y tres cuartos parando a hacer fotos, jugando en la cueva, poniéndonos al día de las novedades (pues no nos vemos todos los días), disfrutando de los perros, haciendo paradas con los niños…
Y después de realizar esta sencilla excursión en la que apenas hemos quemado calorías, nos pegamos una comilona que no nos merecemos.
Mientras los niños juegan en el parque, la sobremesa se extiende hasta que empieza a caer el sol, recogemos todo y marchamos a Zaragoza.
Hola Pablo, me alegro que os gustase el lugar, aunque es corta, tiene mucha cosillas que ver, podríais haber subido al torreón son diez minutos más y unos metros más adelante hay un camino por el que se baja al pueblo. Un saludo
también fue la primera de juan!! aupa itziar y ole por los papis