Ascension circular a La Moleta (2.573 m) por el Carreton y el circo de Epifanio
Por Pablo • 25 May, 2018 • Sección: Mis ExcursionesEs uno de los primeros fines de semana que dan buen tiempo y se puede afrontar un pico de larga duración con ciertas garantías de éxito, salvo las anunciadas tormentas de la tarde. Tenemos ganas de pisar nieve, así que programamos La Moleta para hacerla en el día desde Canfranc, una cumbre de más de 2.500 metros, sabiendo que la cota de nieve está a 1.900.
Fecha de realización: 5 de mayo de 2018
Distancia: 16 km.
Duración: 11 horas
Desnivel acumulado: 1.580 m.
Jesús y yo madrugamos desde Zaragoza y llegamos a Canfranc Estación, donde trazaremos una circular al pico La Moleta, subiendo por la pista del Carretón y bajando por el circo de Epifanio y la Cabaña del Vasco. Atención a los innumerables caminos y opciones que ofrece la zona, ya que se puede bajar por el barranco de Picauvé o por el valle de Izas.
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La ruta se inicia a la entrada de Canfranc Estación, junto a la central hidroeléctrica.
Comienza a hacer lazadas muy tendidas pasando junto a antiguos búnkers de la Guerra Civil.
En menos de quince minutos, abandonaremos la pista para tomar la Senda del Carretón. Toda la ruta va a estar marcada por la historia: el carretón, los para-aludes, la cabaña del vasco, la caseta de la cueva… lo vamos a ir viendo.
El carretón es una vía de raíles abandonada que sirvió para el transporte de personas y mercancías desde Canfranc Estación hasta el Ibón de Ip. Discurre paralelo a las tuberías que suministran agua del Ibón de Ip a la central hidroeléctrica de Canfranc.
Se trata de una obra espectacular, sobre todo viendo la pendiente que adquiere y el enorme diámetro de la tubería, pensando en los escasos medios que tendrían para transportar los materiales. El camino realiza continuos zigs-zags, siendo muy llevadera la pendiente.
Sin tregua se gana altura de manera considerable y a través de un túnel excavado en la roca se cruza el Carretón.
Comenzamos a encontrarnos para-aludes, que serán la tónica durante el resto de excursión.
Como teníamos previsto, en la cota 1.850 comienza a ser continua la nieve, borrando tanto el sendero como la mayoría de marcas del PR. Los siguientes 200 metros de desnivel, resultan muy incómodos, dado que las numerosas zetas no se aprecian y tenemos que tirar tieso para arriba, con la gran inclinación y una capa de nieve fina e inestable.
Con apuros y perdiendo un tiempo muy valioso, pero conscientes de que somos los primeros en meses en pasar por aquí, dado que hasta ahora no se han dado las condiciones, llegamos al inicio de la pista del Carretón, que se dirige al ibón de Ip.
En vez de ir hacia la derecha, giramos hacia la izquierda, para dejar las instalaciones del Carretón a nuestros pies. Más abajo, al fondo del valle, el punto de partida, Canfranc Estación. Al otro lado del valle, Lecherines y macizo del Aspe.
Nada más doblar las instalaciones del Carretón, aparece ante nosotros, nuestro objetivo: la cumbre de La Moleta, a la que nos dirigimos sin mayores complicaciones.
Únicamente en la parte final, la canal de acceso a cumbre, es donde se inclina más el terreno, además de estar más endurecido.
Y por fin, conseguimos una cumbre significativa en condiciones invernales, La Moleta (2.573 m) aunque curiosamente, la misma cima está pelada de nieve.
Nos fotografiamos con la cresta hacia los picos de la Tronquera y la Pala de Ip. No dábamos por descartado ir los picos de la Tronquera, pero vista las nubes de tormenta que se están formando por el S, nos damos por satisfechos. Y menos mal, porque la bajada por el circo de Epifanio, se nos complicó bastante.
A la derecha de la cresta, el valle de Ip y la característica cima de Collarada. Poco a poco veremos cómo las nubes negras que vienen del S, se irán juntando con las del N y acabará cubriéndose el día.
Nacia el N, el valle de Izas, con toda la divisoria cubierta. Encima, el ibón de Iserías cubierto de nieve.
Jesús y yo, en un momento en que el Midi se abre ante nosotros.
En vez de regresar por el Carretón, descendemos hacia el cercano collado de La Moleta, con los picos de Iserías a continuación.
En el collado de la Moleta, viendo nuestra huella de descenso para ganar la muralla cimera a la cumbre.
Sin tener muy claro por dónde, ya que los hitos están escondidos, bajamos el barranco hasta dar con el PR del circo de Epifanio. La cresta de la derecha de cima es la que viene del Carretón (nuestra ruta de subida) y la de la izquierda la que viene del collado de la Moleta (nuestra ruta de descenso). Nosotros bajamos todo el barranco por la nieve hasta la cota 2.170, donde encontramos las marcas amarillas que vienen a cota desde las instalaciones del Carretón. Enseguida de salir del barranco se llega al refugio de Buenavista, desde donde está tomada la foto.
El sendero está muchos tramos enterrado en la nieve y los flanqueos son expuestos. Dejamos el refugio de Buenavista, en un saliente rocoso entre el barranco de Borreguil y el de Epifanio.
Y afrontamos lo que será la parte más dura del recorrido, el circo de Epifanio. Y digo más dura por el estado de la nieve. El sendero de verano discurre muy cómodo sobre la misma cota. En cambio, nosotros debemos ladear todo el circo abriendo huella en una inclinación moderada y un estado pésimo de la nieve. Al otro lado, se intuyen tramos de senda que bajan hacia la cabaña del vasco sin nieve.
Lo que sería caminar por una buena senda de PR se nos complica bastante y alarga los tiempos. Cada uno buscamos nuestra traza más cómoda.
Justo bajo nosotros Canfranc Estación. Parece bastante cerca y apetece tirarse recto, pero no sería la mejor opción, pese a todo.
Tras cruzar el circo de Epifanio en más tiempo del esperado, llegamos a Fuente Elvira. Vista del recorrido del circo y nuestra huella abierta sobre el PR desde el refugio de Buenavista. En todo el invierno no se han dado las condiciones para recorrer este tramo. En dos o tres fines de semana, en que suba la cota de nieve, el recorrido resultará mucho más cómodo.
También con complicaciones, encontrando partes del sendero sobre los numerosos para-aludes, cubiertas de nieve y otras sin ella, llegamos a la Caseta del Vasco.
Es sin duda un lugar de importancia histórica, ya que se trata de un antiguo albergue que alojaba a los obreros que construían los numerosos para-aludes de los barrancos que protegían a la Estación Internacional de Canfranc.
A partir de aquí, podemos descender con mayor velocidad al no haber nieve. Decidimos continuar el descenso hacia la Caseta de la Cueva, más directo y rápido que por Picauvé.
El sendero es muy agradable y realiza numerosas zetas que suavizan la pendiente. Abajo se ve la estación de Canfranc y los diques de contención de los aludes. También la central hidroeléctrica donde hemos iniciado la jornada.
Atravesamos un largo túnel tallado bajo la montaña.
Y aparecemos junto a otro lugar con historia, la Caseta de la Cueva, situada en un precioso lugar, bajo una bonita cascada y el túnel a continuación. La excursión hasta este rincón desde Canfranc, a través del sendero bajo la sombra del bosque, ya sólo merece la pena.
Se trata de otro albergue de obreros destinado a la construcción del túnel por el que acabamos de pasar, ya que era la mejor manera de acceder a la parte superior de circo de Epifanio. A su vez, también se controlaba construcción de para-aludes de la parte baja y media del barranco.
Continuamos el descenso sin pérdida alguna por la senda hasta la llegada al antiguo Vivero Casita Blanca, muy cerca ya de Canfranc Estación.
Su misión fue la de aclimatar y aprovisionar las plantas y árboles que se colocarían en las laderas de los barrancos para protegerlos de la erosión. Como veis, toda la ruta está plagada de historia que ameniza la excursión.
A través del Paseo de los Melancólicos llegamos de nuevo a la pista que partíamos esta mañana junto a la central hidroeléctrica, tras once extenuantes horas de excursión. Nos cambiamos de ropa, pedimos una cerveza y en la terraza del bar comemos mientras hacemos estiramientos antes de regresar a Zaragoza.