Ascension nocturna al Tozal de Guara. Amanecer desde el Tozal de Guara
Por Pablo • 28 Jun, 2011 • Sección: Mis ExcursionesDespués de dos fracasos en la ascensión al Tozal de Guara, había que plantear una estrategia diferente. El primer fracaso fue eligiendo la ruta de las Gargantas de Fabana en invierno, que no pudimos atravesar por el agua y el segundo fue este año, cuando nos quedamos en las Puntas del Tozal de Guara cerca de cima, pero con mucha nieve, sin raquetas y haciéndose de noche. Ambas excursiones demasiado ambiciosas.
Esta última ruta que hicimos con nieve recien caida, la hicimos desde Santa Cilia de Panzano. Entonces, ya pensé que esa ruta se podía hacer de noche. Una pista primero y sendero después, perfectamente visibles y con la ruta conocida como para hacerla de noche. En ese momento se fraguó esta excursión.
No había luna llena, de hecho, hasta las 4 de la mañana no ha salido muy en decreciente, pero la fecha que había elegido era esta, al ser el fin de semana con la noche más corta, tras el día de San Juan. El resultado ha sido inmejorable ya que el objetivo era ver el amanecer desde un punto estratégico y lo vivido en cima es difícilmente narrable.
Salimos de Zaragoza pasadas las diez de la noche Leyre, Miguel, Sergio y yo. Recogemos a Javi en Huesca y nos juntamos en Santa Cilia de Panzano con Ruben “Binefar” y “Vizcaya”. Preparamos todo y poco después de la 1 de la madrugada empezamos a caminar. Vienen dos perros, Ness al que Binefar le pone un collar con frontal y, evidentemente, Bond, al que le pongo los reflectantes que llevo para la bici en las piernas. Están localizados en todo momento por si les apetece salir a por algún jabalí!
Una pena que Binefar se haya tenido que dar la vuelta al llevar una hora y 400 m. de desnivel por cansancio y falta de costumbre en un terreno que no es el suyo, además de su lesión en las rodillas. Incluso ha hecho el esfuerzo de acompañarnos habiéndose pegado todo el día barranqueando. Los demás seguimos sendero para arriba hasta llegar al Collado del Pozo, con el pozo de nieve y quizás el punto algo más complicado de la ruta sin visibilidad al ser una llanura que los frontales no llegan a alumbrar. No obstante somos muy buenos y sabíamos dónde se encontraba el pozo tras la excursión invernal. Por si hubiera habido problemas, el GPS nos habría llevado.
Grupos de ovejas sueltas nos asustan en la oscuridad. Imaginad cientos de ojos rojos iluminados por los frontales en medio de la nada mirando desafiantes Tras el collado y alimentarnos, nos dirigimos por la cresta en las rampas más duras hacia la cima, a la que llegamos a las 5.30 de la mañana.
Momento justo, en el que en el horizonte, comienza a cambiar la tonalidad del cielo. Para mi sorpresa, imaginaba que el sol saldría mucho más al Este, en dirección a Lérida. Pero imagino que al ser el solsticio de verano, nos regala una estampa única y maravillosa, saliendo por detrás de los Pirineos, los cuales pasamos de ver tras una silueta negra, a unas tonalidades azulonas, anaranjadas, rojizas… con el paso de los minutos.
Da gusto contemplar la Brecha de Roldan, el Taillon, El Casco y La Torre que recoge la foto superior, como El Cilindro, Monte Perdido y Añisclo que recoge esta siguiente. Pero la perspectiva va mucho más allá, otras cumbres nos encandilan con su belleza, Vignemale, Balaitus y cantidad de cordilleras pirenaicas.
Impresionantes momentos en el amanecer que cada uno goza a su manera.
Desde las 5.30 que hemos llegado, hasta las 6.30 que Sergio dice que era la salida del sol, tenemos una hora de reflexión, meditación y momentos “zen” en nuestro interior. Entre tanto, desayunamos el bizcochaco y un termo de café.
Si la estampa hacia el Norte el preciosa con los Pirineos, hacia el Sur nos acompaña Huesca, las luces de Zaragoza a lo lejos y cientos de luces de pueblos que hemos disfrutado durante toda la ascensión por la cara Sur.
Javi nos saca estos preciosos contraluces al alba.
A las 6.30 en punto, como había dicho Sergio, aparece el primer rayo de sol. Otro momento “zen”…
…incluso para Bond.
Sergio me saca esta foto, utilizando todos los dedos posibles en modo manual de la camara para sacar el sol lo mejor posible.
No hay perro más guapo en el mundo.
Bonita dedicatoria de Javi en la cima, en el cuaderno que se guarda en el cajón bajo la cruz.
Quiero aprovechar este momento para agradecer a mis compañeros el esfuerzo que han hecho por apuntarse a esta actividad. A Sergio por estar casi siempre en todas, a Miguel por haberse apuntado a su primera actividad conmigo, a Javi por haber venido sin dormir después de pegarse todo el día haciendo barrancos y tener el alpinismo muy aparcado (Toma indirecta!), a Vizcaya por haber venido con un doloroso golpe en la rodilla después de estar todo el día escalando en Rodellar, a Leyre por el esfuerzo que ha hecho después del duro día que ha tenido y a Binefar por haberlo intentado en un medio como es la montaña que no es el suyo y después de estar barranqueando toda la jornada.
Igual que Javi, también le dedico esta cima a Pi, a la que se que le hacía especial ilusión subir y que las otras dos veces que lo habíamos intentado no hemos podido. Pero las rodillas de cada uno dan para lo que dan y las lesiones no perdonan. Había hecho previsiones de horarios especialmente para que tanto ella como gente “más floja” nos acompañara, pero finalmente, cada uno tiene que hacer las actividades que puede hacer.
Una vez que ha salido el sol, comenzamos el regreso. En tres horas estamos en el parking.
Todo estaba previsto, después del bizcocho y el café en cima, nos merecemos unos huevos fritos en el camping de Panzano. Si es que somos unos campeones!!!
Antes de quedarnos completamente amodorrados con el estómago lleno y sin haber dormido en toda la noche, nos vamos dirección a Rodellar para pasar la tarde en el puente de Pedruel, donde nos vamos a pegar unos baños con el asfixiante calor que hace y algunos, siesta incluida. Consigo que Bond se meta al agua cuando me voy nadando río arriba. No puede estar sin mi.
Mientras unos nos bañamos, dormimos o tomamos el sol, Javi no deja de currar montando una tirolina. Se agradece su esfuerzo.
Gracias a todos por compartir esta excursión nocturna de cuatro horas con frontales para ver el amanecer. Estoy seguro que esta es de las que no olvidaremos.