Cresta de Espadas-Posets
Por Pablo • 14 Nov, 2019 • Sección: Mis ExcursionesTras la primera jornada ascendiendo al Diente de Llardana y montando campamento en el ibón de Llardaneta, hoy toca el gran día, realizando la cresta Espadas-Posets. La comenzaremos desde el Diente Royo y hasta la cumbre del Posets se completan seis tresmiles por una ruta no excesivamente compleja, salvo un par de tramos puntuales y algo de exposición en algún momento de la cresta. El descenso lo haremos por la ruta normal del Posets, bordeando el Diente de Llardana por la vertiente W en vez de bajar por la Canal Fonda, ya que tenemos que recoger las tiendas en el ibón de Llardaneta. Y desde allí siguiendo las marcas del GR-11 iremos hasta el refugio Angel Orus y el parking de la Cascada de Espigantosa.
Fecha de realización: 6 de octubre de 2019
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La longitud de la cresta es considerable y aparenta ser más compleja de lo que lo es en realidad. Sin embargo, tan sólo hay una trepada de II+ que es bastante expuesta, donde montamos un cintajo para asegurarnos. En las proximidades del Espadas también se pone algo más aérea, tanto en subida como en bajada. Y, por último, el paso del funambulista, que, sin ser peligroso, sí que es delicado por la sensación de caída a ambos lados. Pese a todo no utilizamos la cuerda, salvo el cintajo antes mencionado.
Comenzamos a caminar con frontales a las seis y media de la mañana, tras pasar noche en el ibón de Llardaneta, remontando el barranco que desciende del circo del Forau de la Neu. Hasta que no estamos en la parte superior dirección al Diente Royo, no es cuando comienza a clarear, viendo el bonito amanecer sobre el macizo Aneto-Maladeta a nuestras espaldas.
Con algo más de claridad, vamos identificando la cresta y las cumbres que recorreremos en unas horas. En primer término, a la izquierda la mole secundaria de la Tuca Forau de la Neu. A la derecha de todo el Diente de Llardana y a su izquierda, también en la oscuridad, el Posets.
Imposible continuar sin embobarnos en el amanecer y en la cresta, pese a todo, vamos dirigiéndonos sin darnos cuenta hacia nuestro primer tresmil.
El terreno es muy sencillo y se llega a él mucho antes de lo que parece.
A las 07:45 de la mañana coronamos el Diente Royo (3.010m).
A partir de aquí, el recorrido que tenemos hasta nuestro destino.
El ibón de Llardaneta donde hemos dormido y el amanecer en el Aneto-Maladeta, Vallibierna.
Espectaculares vistas también de las Forquetas y los Eristes a su derecha.
En poco más de media hora de muy sencilla cresta sin poner las manos, llegamos a la segunda cumbre: el Pavots (3.121m). En este punto nos equipamos con el arnés y casco, ya que a partir del collado del Pavots, que está adelante, es donde comienza lo serio realmente. Podíamos haber evitado este tramo ascendiendo al collado del Pavots directamente, pero no habríamos hecho el Diente Royo.
Tras un tramo de cresta donde hay que ir con más atención, llegamos a una trepada de tres metros bastante expuesta. Un paso de II+ sencillo pero en el que hay que buscar la colocación, ya que los buenos agarres están un poco altos y hay que acceder a ellos tras estar bastante colgados del vacío. Jesús lo pasa de primero y nos coloca una cinta para que nos aseguremos a ella. Con esto es suficiente, se trata de un quitamiedos, no es necesario sacar cuerda para asegurar, aunque esta decisión dependerá de cada grupo…
El paso visto desde arriba, con el ibón de Millares.
Seguimos nuestra ascensión hacia el Espadas, cumbre con doble cima como se puede apreciar, cuyos tramos son más espectaculares visual, que técnicamente.
Hasta coronar el Pico Espadas (3.332m), cuya segunda cima es más elevada.
Desde aquí, ya tenemos más de media cresta realizada. Detrás vemos lo que queda hasta el Posets.
Y lo que llevamos recorrido.
Es momento para descansar y comer, pero como se puede apreciar, todavía queda un buen trozo. Es importante madrugar para que el día no se nos eche encima.
Tras el descenso del Espadas, viene un cresteo muy aéreo y espectacular sobre el glaciar de Llardana, donde hay que avanzar con pies muy seguros sin cometer un solo fallo.
Llegamos al Paso del Funambulista, donde no sólo es delicado el mismo, sino el destrepe hasta él. Una vez en él, pasamos uno a uno disfrutando del momento tan fotogénico y escuchando la interminable caída de alguna piedrecilla que cae hasta el fondo. Anchura hay, pero también sensación de vacío.
Nada más salir del Paso del Funambulista, sólo queda una última complicación más: superar la pared vertical hasta salir a la cresta. Esto se puede hacer por varias canales aunque todas ellas por la vertiente N, desde la misma salida del paso del funambulista o bien unos metros más adelante tras continuar por una repisa lateral amojonada. Cuanto antes se suba, quizás haya menos exposición, aunque más larga es también la trepada.
Tras salir a la cresta, finalizan las complicaciones y enseguida llegamos a la Tuca de Llardaneta (3.311m).
Dejándonos llevar, enseguida llegamos a la Tuqueta Roya (3.273m), desde donde observamos la sencilla pala final que nos llevará al Posets, a partir de ahora con las manos en los bolsillos o en los bastones.
Dejándonos caer de la Tuqueta Roya, pasamos por el collado de Jean Arlaud, al que echamos un vistazo del corredor para… ¿el próximo invierno?
Y a las doce menos cuarto del medio día, llegamos a la cumbre del Posets (3.375m), el objetivo y punto culminante de la ruta. Coincidimos con muchos montañeros que vienen por la ruta normal y otros dos más que seguían nuestros pasos, los dos únicos grupos en realizar la cresta hoy. Disfrutamos del paisaje, comemos, hablamos con la gente… es momento de relajarse un rato.
Vistas hacia las granjas de Viados.
Valle de los ibones, Perdiguero, Aneto, Maladetas, Vallibierna…
Tras un buen rato, comenzamos el descenso por la ruta normal, hacia el Diente de Llardana. Una vez estemos en el collado del Diente, en vez de bajar por la Canal Fonda, a su izquierda, iremos por su derecha, ya que nos dirigimos hacia el ibón de Llardaneta como ayer.
Dejando a nuestra izquierda el Diente de Llardana, bajando por el fondo del valle del circo de la Neu.
Cerramos el círculo donde esta mañana y emprendemos la bajada al ibón de Llardaneta para recoger el material, costándonos siete horas el trayecto desde que hemos partido por la mañana, hasta que hemos vuelto a él.
Tras la comida y un descanso, bajamos en poco más de una hora al refugio de Ángel Orus.
Y en hora y media llegamos al parking de la cascada de Espigantosa.
Completamos así la ruta, llegando a Zaragoza a las nueve y media de la noche, no siendo un horario nada malo para la actividad desarrollada.