Cresterio del Vignemale: Petit Vignemale (3032m.) Vignemale ó Pique Longe (3298m.) Clot de la Hount (3289m.) Cerbillona (3247m.) Pico Central (3235m.) Montferrat (3219m.)
Por Pablo • 20 Aug, 2011 • Sección: Mis ExcursionesHabía que aprovechar el puente de la Virgen de Agosto para hacer algo “más grande de lo habitual” así que dado que Sergio e Iñaki iban a estar de travesía dando la vuelta al macizo del Vignemale, nos lo montamos para que en el puente de tres días, los que no podíamos hacer la travesía, pudiéramos hacer al menos la ascensión al glaciar y a los picos de la cresta.
Teníamos todo atado desde hacía tiempo, refugio de Bayssellance, la ruta a seguir que para no complicarla la haríamos desde Gavarnie aunque fuera una paliza de coche y los picos a ascender bien planificados. Se trataba de asegurar el más grande: Gran Vignemale o Pique Longe con sus 3.298 m. de altura y si el tiempo nos dejaba, recorrer toda la parte de cresta que se puede hacer sin cuerdas para hacer cuatro tresmiles más. Esta es mi reseña casera.
Y esta la ruta grabada con mi GPS
Para el sábado 13, el primero de los días, teníamos previsto subir al refugio de Bayssellance y ascender al Petit Vignemale. El domingo teníamos en mente subir al glaciar de Ossue para acometer el Pique Longe y recorrer la cresta. Y por último, el lunes 15 era el día de regreso en el que haríamos una excursión dominguera a la cascada de Gavarnie o utilizaríamos este día para terminar algún pico si el tiempo no nos había dejado los días anteriores, más la vuelta a Zaragoza.
Sábado 13 de agosto de 2011:
Con un poco de retraso, salimos de Zaragoza Leyre, Alfonso y yo poco antes de las seis de la mañana y a las 10.30 llegamos a Gavarnie donde nos encontramos con Iñaki y Sergio que han terminado la travesía al macizo. Iñaki marcha para su casa y el resto subimos con los coches por la pista hasta el Embalse de Ossoue donde preparamos los bártulos que nos llevaremos al refugio de Bayssellance.
Al llegar a las grutas de Bellevue nos comienza a llover, pensando que el día no nos va a dejar subir al Petit, pero ya nos queda poco para el refugio.
En 2 horas 45, llegamos al refugio de Bayssellance, a 2.645 m. de altura, el situado más alto de los Pirineos, subiendo a una marcha tranquila. Nos instalamos, comemos los bocadillos y preparamos la mochila de ataque para subir al Petit Vignemale, que nos costará exactamente una hora.
La ruta sale desde el refugio hacia la Horcada de Ossue, donde gira hacia la izquierda para subir por la cresta.
Al llegar a la Horcada de Ossue, yo estoy muy desorientado y éstos dicen ver Balaitus, Gran Facha, Cresta del Diablo… Yo creo que se inventan todo porque con esas nubes… pero es cierto, hasta que no saco el plano, no me sitúo.
Una vez en la cresta del Petit Vignemale, tenemos a nuestra vista el Glaciar de Ossue, por donde subiremos mañana. Vamos preparando la ruta de subida para no tener ninguna sorpresa. Estudiamos el recorrido, grietas del glaciar y puntos donde podríamos tener problemas, pues queremos tener todo bien atado.
Con todas estas paradas, en una hora hemos llegado a la cima del Petit Vignemale. Ya estamos muy contentos, hace menos de 12 horas que hemos salido de Zaragoza y ya nos hemos ventilado al menos un tresmil. Comenzar la cresta desde el Petit Vignemale requiere grandes conocimientos y llevar cuerda para superar pasos muy delicados. Nosotros haremos mañana la ruta normal de ascenso al Gran Vignemale por el glaciar. Son las 5 de la tarde, nos queda otra hora de descenso y otra hora para esperar a que nos den la cena.
Domingo 14de agosto de 2011
Por fin ha llegado el día que tanto estábamos esperando, el día de cepillarnos la colección de tresmiles con la que tanto tiempo llevábamos soñando. Desayunamos en el primer turno, a las 6 de la mañana y a las 7 estamos en marcha.
Comenzamos la marcha deshaciendo la GR-10, el camino por el que veníamos el día anterior que venía desde el embalse de Ossue, perdiendo altura durante 20 minutos hacia las grutas de Bellevue y enlazando con la entrada a la morrena del glaciar.
La entrada al glaciar, supone que las rocas están muy pulidas por la erosión del mismo con el paso de los años. Los nervios se aceleran con las ganas de entrar en el glaciar de una vez por todas.
Cuando la reseña dice claramente que a la entrada al glaciar se accede desde la base del Montferrat y trazando posteriormente una diagonal hacia la derecha, incomprensiblemente, todos los que van delante desfilan hacia la derecha del glaciar progresando entre el hielo y las grietas.
Nosotros nos olvidamos de la romería y vamos a hacer nuestra ruta, inaugurando la ruta oficial bajo las faldas del Montferrat y trazando la diagonal como bien es debido, evitando riesgos innecesarios de grietas y hielo. La gente que viene por detrás de nosotros nos sigue como cordericos, igual que hubieran seguido a los que entraban por la derecha.
Aquí estamos trazando la diagonal tras superar el corte del glaciar con la morrena, ruta que teníamos perfectamente identificada el día anterior desde la cima del Petit Vignemale.
Pasamos por alguna zona de grietas mientras voy liderando la ruta por el glaciar.
Recorremos toda la superficie del glaciar, después del Aneto, la segunda masa de hielo del Pirineo, con la diferencia de que éste, cubre toda la cubeta de un circo, al contrario que el del Aneto, que lo hace colgado sobre una ladera. Al llegar a la base del Vignemale, nos quitamos los crampones. Llega el turno de liderar a Leyre, la escaladora del grupo.
Ante el lento ritmo que llevamos, Alfonso acaba subiendo junto a un grupo que nos adelanta mientras Leyre va delante de Sergio, que tiene mayores problemas y una sensación de vértigo increíble, indicándole donde apoyar las manos y los pies. Poquito a poco vamos progresando, pero con mucha calma. Yo voy detrás de Sergio para dar seguridad en caso de algún resbalón.
Incomprensiblemente, la mayoría de la gente sube sin casco a pesar de que en la reseña del libro de Angulo, pone claramente que caen piedras. Incluidos todos mis compañeros de grupo (autocrítica). No se debe de subir sin casco por aquí si hay grupos numerosos de gente, como es nuestro caso, por delante. Una piedra ha caído desde arriba y ha rebotado pasando a un palmo, a un palmo, a un palmo, sí sí, a un palmo de la cabeza de Leyre. Y eso que justo un segundo antes se ha agachado. Pero vamos, que si en vez de darte en la cabeza te da en la cara, te la destroza igual y ahí no hay casco que valga.
Salimos a la arista y a punto de llegar a la cumbre.
Cima, 3.298 m. de altura, enorme alegría, objetivo cumplido, en parte, al menos.
Preciosas vistas entre la niebla de la cubeta glaciar, el embalse de Ossue donde tenemos los coches y toda la cresta que tenemos que recorrer rodeando el glaciar.
Tras la enorme alegría de la cumbre, ahora nos toca crestear hasta el siguiente pico, el Clot de la Hount, pero Sergio se ve incapacitado. Intento convencerle de que es más fácil la cresta hasta el Col de Cerbillona donde llegamos a la nieve, que destrepar todo el canal que hemos recorrido y, por supuesto, mucho menos peligroso sin caída de piedras. Pero no hay manera, no quiere y no quiere, así que nos toca bajar de nuevo. Lo importante es sacarlo de ahí.
De nuevo Leyre vuelve a tomar la iniciativa indicándole donde apoyar las manos y los pies y yo bajo detrás para dar más seguridad por si hace falta, con la mochila de Sergio anclada a la mía.
Aquí estamos el pedazo de grupo, una vez descendidos del Vignemale en una zona segura. Enorme alegría por lo que hemos conseguido hasta ahora y lo bien que lo hemos hecho todos. Pero ha habido un cambio de planes, no hemos cresteado sino que hemos bajado de nuevo al glaciar. Así que replanteamos la situación y nos dirigimos por la nieve sin poner los pinchos al Col de Cerbillona, donde trazaremos la cresta dirección al Montferrat, dejando el Clot de la Hount que es el que está más cerca para el postre.
Enseguida llegamos al Col de Cerbillona, junto a las cuevas de Russell y el límite del glaciar, con espectaculares vistas de la cubeta.
Comemos, dejamos las mochilas y nos abrigamos bien, pues el día se ha cubierto del todo y hace bastante frío. Comenzamos a caminar por la fácil arista al Pico Cerbillona, llegando en 15 minutos (3.247 m.)
Otro tramo de muy fácil y rápida arista, nos lleva, pasando por el Col de Lady Lister al Pico Central (3.235 m.)
Desde el Pico Central, detalle de la ruta que viene del glaciar por la pared donde hemos ascendido al Vignemale y el posterior recorrido hacia el Col de Cerbillona donde comenzamos la cresta.
(Mamá, a partir de aquí, no sigas leyendo).
Sergio y Alfonso, han tenido suficientes picos por hoy, pero a Leyre y a mi, todavía nos falta el Montferrat, con la parte más interesante y morbosa de la cresta. Así que mientras ellos vuelven al Col de Cerbillona, nosotros nos frotamos las manos ante la que se nos viene encima. No deja de ser una cresta fácil, pero nada en comparación con el Cerbillona y el Central. Eso sí, los pasos son realmente expuestos al vacío, sobre todo hacia la derecha, con un gran cortado de 1.000 metros hasta el valle del Ara. La caída hacia la izquierda es al glaciar y siendo muy dolorosa, no resultaría fatal como es el caso del Ara.
(Mamá, que te he dicho que dejes de leer). Comenzamos la cresta realmente concentrados con los cinco sentidos y sin hablar, pensando bien los pasos para evitar un tropezón fatal, porque en este punto, un tropezón no es válido, un tropezón te condena definitivamente.
Hay pasos sobre una superficie estrecha abriendo los brazos como un funambulista para mantener el equilibrio, donde más se estrecha pasos a caballo para evitar perder el equilibrio, otros pasos en los que no apoya nada más que un 5% de la superficie de la bota sobre una pequeña repisa y los brazos agarran al otro lado de la cresta. En estos momentos es cuando agradeces tener buen material y el dinero que te gastas en unas buenas botas rígidas o semirígidas invernales que te dan la suficiente confianza como si estuviera apoyando la totalidad de la suela.
Leyre me echa un broncazo tremendo por hacer fotos, que si llega a ser un tío, nos liamos a ostias en medio de la cresta, pero como es una mujer, me toca agachar las orejas y guardar la cámara.
Seguimos progresando muy seguros y apoyándonos el uno en el otro en momentos delicados. Cerca de cima, a Leyre le entra un conato de dar media vuelta ya que en un tramo hemos abandonado la arista buscando un paso inferior más fácil que ha resultado más complicado y hemos tenido que retroceder. Pero tras poner calma, continuamos adelante.
Una hora después de dejar a nuestros compañeros, llegamos a la cumbre del Montferrat 3.219 m. con dos cimas separadas por 10 metros. Nosotros nos quedamos con la primera. Lo hemos conseguido, hemos terminado nuestro recorrido por la cresta llegando a esta cima, que deja mucho mejor sabor de boca que el propio Vignemale, y eso que la cresta no era difícil, sino simplemente aérea y expuesta. Pero esto no es todo, nos queda el regreso por el mismo sitio para recoger las mochilas.
Qué alegría nos dio encontrarnos con este agujero superando la cresta de regreso, ya que nos habíamos enmarronado metiéndonos por la vertiente del Ara en una zona sin apenas agarres. Y eso que vamos sin mochilas. Pasamos de nuevo a la vertiente del glaciar y a la cresta.
Leyre, mucho más tranquila, se permite el lujo de cogerme la cámara y hacerme alguna que otra foto. Ya no está “enfadada”. Pero todavía nos quedan pasos muy expuestos y aéreos afrontándolos a caballito y otros con agarres muy delicados, que no son los de las fotos.
Por fin llegamos al Pico Central donde dos horas antes hemos dejado a nuestros compañeros y respiramos tranquilos, desde donde ahora la niebla nos deja contemplar parte del recorrido que hemos hecho. Del Vignemale hemos pasado al Col de Cerbillona porque Sergio no se veía capacitado para afrontar la cresta. Aquí tenemos abandonadas nuestras mochilas, que tras dos horas de cresta en estas condiciones, estamos un poco deshidratados. Desde el Pico Central, en el que nos encontramos, hemos de deshacer de nuevo al Pico Cerbillona y al Col de Cerbillona, donde se encuentran esperando junto a las mochilas Sergio y Alfonso. Sólo nos queda subir por la arista al Clot de la Hount para completar toda la colección de picos que se hacen sin cuerda.
Enseguida llegamos al Col de Cerbillona, donde recuperamos las mochilas y bebemos agua con sales abundantes. Pero me encuentro con que el grupo no tiene ninguna intención de subir al Clot de la Hount. Me tiro de los pelos, estar tan cerca de un tresmil y abandonarlo. Y encima aquí no vuelves así como así. Les digo que me esperen un rato, que subo sin mochila y enseguida bajo.
Así que subo corriendo por la cresta. No es para nada complicada, aunque en algún tramo un poco aérea. En 10 minutos, he llegado corriendo gastando mucha energía, pero el quinto tresmil del día que me llevo para la colección, sexto si contamos el Petit Vignemale del día anterior. Cima del Clot de la Hount, 3.289 m. y sí, ya lo se, mala cara, pero he subido corriendo y todavía me cuesta respirar. Además llevamos cuatro horas por encima de 3000 metros.
En 15 minutos he subido y bajado mientras los demás me esperan en el collado.
Y emprendemos el descenso hacia el refugio por el mismo itinerario atravesando de nuevo el glaciar con los pinchos. Aquí estamos en una zona de grietas.
Salimos de la morrena del glaciar alternando ratos de sol y lluvia. El día no ha podido comportarse mejor, después de estar todo el día amenazante, nos ha dejado cumplir nuestra misión.
Por fin el día acaba despejando del todo y nos deja impresionantes vistas de Ordesa y Circo de Gavarnie.
También nos deja increíbles vistas de la entrada del glaciar de Ossue y del circo del que venimos con el Montferrat cerrándolo por la izquierda y el Petit Vignamale por la derecha.
Nos queda media hora de ascensión hasta el refugio pero aquí definitivamente me entra una pájara por la falta de hidratación en la cresta del Montferrat al no llevar la mochila y por subir y bajar corriendo al Clot de la Hount en 15 minutos. Tenemos que parar a comer y descansar.
Eso sí, en el refugio, reponemos todas las fuerzas perdidas. Cenamos como Dios.
Lunes 15 de agosto
Teníamos previsto este día como comodín por si la meteo no nos hubiera dejado hacer algo de nuestros objetivos, pero como hemos cumplido a la perfección, nos bajamos del refugio a Gavarnie, donde tenemos intención de acercarnos en plan dominguero a la cascada de Gavarnie, la más alta de Europa con sus 423 m. de caída. De paso observamos la Brecha de Roldan, Casco, Torre y todos los picos de la muralla con Ordesa.
Y como reyes, celebramos nuestro éxito con unas cervezas frente a la Cascada.
Lo malo es que la niebla se cierra y no nos deja ver nada.
Aunque por un momento despeja y hago la mejor foto de los tres días que llevamos en el Vignemale.
Lo siguiente es comernos unos crepes y unas galletes en el pueblo y Leyre y yo regresamos a Zaragoza. Alfonso y Sergio se quedan un día más porque tienen vacaciones. Mañana subirán por las echelles a la Brecha de Roldan y al Taillon. Besicos de despedida y felicitaciones por nuestros éxitos.
Qué grandes que somos.
ENHORABUENA POR LOS ÉXITOS DE ESTE VERANO!!!!!!! Deja algún 3000 para compartir con tus compis de As Cimas. Y es cierto, sois muuu grandes!!!
Me alegro mucho haber compartido estos dias con vosotros, y mas este año que no estoy en lo que celebro y parece que me abandonan las fuerzas, tanto fisicas como mentales. Muchas gracias a todos, y en especial a ti Pablo y a Leire por la paciencia que tuvisteis hacia mi para poder alcazar el Pic Longe. Iñaki, un abrazo por los buenos ratos que pasamos los dias precedentes.
Menudos figuras!!
No paráis quietos un finde. Que envidia.
Este otoño-invierno, si organizáis algo, no dudéis en decírmelo!!
Un abrazo. Mikel
¡Vaya actividad chula!
Hola. Enhorabuena por tu página y toda la información que das. Si me lo permites, te sugiero que nunca le lleves la mochila a nadie. En esa situación, vacíasela para quitarle peso, pero la mochila debiera llevarla. En caso de caída te protege la espalda, e incluso podría frenarte, etc.
Un abrazo, y a seguir disfrutando de la montaña.