Descenso del barranco Fornazos
Por Pablo • 30 Jan, 2019 • Sección: Mis ExcursionesEn esta época del año son muy habituales los barrancos secos de la sierra de Guara. Con buen criterio, en el mes de enero está programada con el club la salida al barranco Fornazos así que me apunto a la salida en el día desde Rodellar. Se trata de un barranco seco, aunque puede ser útil el uso del neopreno para el retorno por el cauce del Mascún. En nuestro caso, baja poca agua así que lo hacemos con ropa de invierno, ya que la mañana es bastante fría.
Fecha de realización: 19 de enero de 2019
Duración: 8 horas
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Aparcamos en la entrada del pueblo, junto al Apartahotel Valle de Rodellar donde parte del grupo se va a alojar para realizar mañana también la vía ferrata y el barranco de la Virgen. Más que hacer un barranco, parece que vamos a subir una montaña.
Iniciamos la aproximación siguiendo el itinerario de la vuelta circular al Mascún, dirección hacia Cheto. Tras pasar por numerosas huertas al inicio del camino, enseguida vamos ganando altura y disfrutando de las impresionantes vistas de la Sierra de Guara.
El barranco es un afluente de la orilla izquierda orográfica del Mascún, del cual nos sorprenden sus increíbles vistas durante toda la aproximación. El retorno lo haremos por el cauce.
Tras dos horas y media de aproximación, llegamos a la cabecera. Ya es pasado mediodía así que comemos el bocadillo y nos equipamos para el descenso.
Se trata de un descenso corto y vertical, con la mayoría de rapeles largos: de 35, 40 y 55 metros que, en total, suman 140 metros.
Varios de los rápeles tienen tramos volados.
Jose Luis equipando este rápel fraccionado.
En la parte final del barranco están los rápeles más largos.
El mismo rápel sin zoom.
Vista hacia abajo desde donde monta la reunión Jose Luis.
Último rapel, de 55 metros que baja hasta el Mascún.
El último rapel visto desde debajo.
Terminado el barranco, iniciamos el retorno por el cauce del Mascún, evitando mojarnos.
Foto de grupo junto al “Beso”.
Queda un buen trecho hasta Rodellar y se pierde mucho tiempo buscando los senderos que evitan el cauce y otros puntos donde flanquear el río.
Por ese motivo, casi se van tres horas hasta regresar al Rodellar. Llegamos al Delfín oscureciendo, lo que significa que estamos muy cerca del pueblo.
Y de noche, los últimos metros con frontal, afrontamos la subida final a Rodellar, donde llegamos a las 7 de la tarde. Nos cambiamos de ropa, cerveza en el bar y regreso a Zaragoza.
Hola Pablo.
Muy guapo el barranco, eso si, casi mejor hacerlo cuando el día alargue, porque os fue justo de tiempo,
Un saludo