Dolmen de Diez Campanas en Villanua
Por Pablo • 20 Sep, 2019 • Sección: Mis ExcursionesRecibimos la visita de Rober y Marta con su hija Violeta. Al igual que nosotros, también son montañeros así que buscamos una excursión que podamos realizar con las niñas. Para que lo pasen bien, aguanten sin cansarse y no nos amarguen la mañana, pensamos en el dolmen de Diez Campanas, pues se trata de un paseo que no llega a 3 km, con menos de 200 metros de desnivel y que a ritmo de personas adultas se completa en poco más de una hora ida y vuelta.
Fecha de realización: 4 de agosto de 2019
Distancia: 3 km.
Duración: 2 horas.
Desnivel acumulado: 180 m.
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El dolmen de Diez Campanas es uno de los tres dólmenes que pueden visitarse desde Villanúa y que se encuentran en bastante buen estado de conservación. La ruta se inicia en la parte vieja del pueblo, tomando la dirección a Punta de la Selva y Cenarbe.
Al final de la parte antigua del pueblo, callejeamos y enseguida tomaremos el sendero ascendente en fuerte pendiente al comienzo del mismo, balizado con marcas blancas y amarillas.
En poco más de un cuarto de hora, nos topamos con las vías del Canfranero, para continuar el sendero tras cruzarlas. Hay que tener cuidado con los niños, aunque el tren tiene escasa frecuencia.
Toda la ruta discurre a la umbría de la mañana, además de que el sendero va por debajo de un espeso bosque, denominado la Selva de Villanúa. Al poco de cruzar el tren, pasamos junto a una fuente.
En los últimos metros, obviamos el desvío hacia Cenarbe y seguimos dirección a Punta de la Selva.
El camino continúa hacia Punta de la Selva y la explanada de Diez Campanas. Cogemos el pequeño senderito que en menos de un minuto nos lleva al dolmen, el cual se ve desde el cruce.
Contentos tras el paseo, disfrutamos de los restos de este monumento megalítico, así como del paisaje en el que se encuentra.
En 45 minutos hemos llegado con las niñas a este precioso lugar, si bien se puede subir de sobra en media hora a un ritmo más rápido. Buscamos la sombra de los árboles de la pista para hacer una parada y comer el bocadillo, antes de emprender el descenso.
Comenzamos la bajada hacia Villanúa, al fondo en el valle.
Agradable paseo por el tupido bosque de la llamada Selva de Villanúa.
Y en dos horas a ritmo muy tranquilo, con almuerzo incluido, llegamos de nuevo al pueblo.
Cruzamos el pueblo hasta casa y disfrutamos de un baño en la piscina antes de la hora de comer.