Ermita de la Abellera y Roca Foradada de Prades
Por Pablo • 27 Jun, 2017 • Sección: Mis ExcursionesVenimos de visitar la Sierra del Montsant pasando noche en Margalef. Para la jornada de hoy decidimos visitar las Montañas de Prades, donde merece la pena recorrer las calles de esta bonita localidad. Teníamos previsto acudir a la ermita de la Abellera y a la Roca Foradada, así que tras recabar en la oficina de Turismo toda la información, nos dejan la llave de la ermita para poder acceder al interior.
Fecha de realización: 9 de junio de 2017
Distancia: 5 km.
Duración: 2 horas
Desnivel acumulado: 300 m.
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Vamos a transitar por el Camino Natural de las Montañas de Prades, perfectamente balizado. A la ermita se puede acceder por este camino a través de un agradable paseo, o por carretera en coche. Esta última opción es la que pensábamos hacer, puesto que pensábamos que había más distancia y no llevamos la mochila Vaude para llevar a Itziar. Pero al enterarnos de que es un sencillo paseo de menos de una hora y ver que tan sólo hay 1,7 km de recorrido, nos decidimos a caminar y de paso dar el paseo a los perros.
El inicio del camino se encuentra frente a las escuelas. Comenzamos a caminar por la pista y enseguida llegamos a la ermita de San Antoni. Llevo a Itziar a hombros todo el recorrido hasta la ermita, no está por la labor de caminar, así que aprovecho las paradas en las ermitas y para beber agua para bajarla.
Vista la primera ermita por fuera, continuamos la marcha por la pista. Llegamos a un cruce a la izquierda que se adentra a la urbanización por unas calles asfaltadas. Por ahí regresaremos de la Roca Foradada, nosotros, para ir a la ermita de la Abellera, seguimos el Camino Natural hacia la derecha, que a partir de ahora se convierte en senda.
Domina el bonito y característico tono rojizo de la roca de esta localidad.
Al llegar al Km 1 hay que tener precaución. Lo normal es continuar de frente por una senda que se hace más estrecha y tiene continuidad. Esa senda se dirige hacia la Roca Foradada a la que iremos en el regreso. El Camino Natural que se dirige hacia la ermita hace una lazada de 180º y sigue balizado.
Tras esa lazada y un ligero ascenso, el camino cruza la carretera que viene de Prades a la ermita, esa por la que pensábamos haber ido al inicio del día pero que luego hemos cambiado de opinión. Y menos mal porque la excursión además de ser muy sencilla es bien bonita entre el bosque y los tonos rojizos. Vamos unos metros paralelos a la carretera.
Hasta llegar a la segunda y más pequeña de las tres ermitas, la de San Roc.
Escasamente medio kilómetro después, llegamos a la zona recreativa de la Abellera, junto al parking, los merenderos y las sombras de los árboles.
Un bonito lugar con vistas del valle del río Brugent y las localidades de Capafont, Farena y Mont-ral.
Nos acercamos hacia la ermita, bajo la oquedad de la pared.
Merece la pena llevar la llave ya que sin ella no se puede acceder al interior del recinto ni ver nada. A pesar de que la llevamos, a nosotros no nos hace falta, ya que unos obreros están trabajando y la puerta está abierta.
Entre la pared izquierda de la ermita y la oquedad, pasamos al fondo del recinto.
Donde se encuentra otra pequeña estancia, que debió ser donde vivía el ermitaño.
Precioso entorno para disfrutar de la soledad y la vida eremítica.
Vuelta atrás.
Rincones apropiados para jugar con Itziar a buscar la casa de la bruja.
En la oficina de información, nos han dejado la llave del recinto, pero no del interior de la ermita. Como están los obreros trabajando, nos abren la puerta para que podamos visitarla. Muchas gracias.
Terminada la visita de la Ermita de la Abellera, lo siguiente en visitar será la Roca Foradada.
Regresamos por el mismo recorrido hasta la ermita de San Roc, cruzamos la carretera y en la curva de 180º del Km 1, seguimos de frente. No tengo referencias de cómo llegar a la Roca Foradada, sin embargo, con el “mapa topográfico-turístico” de la oficina de turismo me las apaño para orientarme y llegar hasta aquí sin problemas. El sendero al abandonar el Camino Natural se estrecha, hay árboles caídos que cortan el paso, con lo cual voy ratificando las indicaciones que me han dado en Turismo y 250 m después de abandonar el GR llegamos a la Roca Foradada.
La Roca Foradada es una curiosa formación de un espectacular agujero en una enorme roca.
Aprovecho mientras las mujeres comen un tentempié y descansan un rato en el área recreativa para dar un vistazo por las proximidades.
Me acerco a la fotografiar la cabecera del pequeño embalse.
Rodeo la Roca Foradada por la parte trasera.
Y subo fácilmente hasta la parte superior. Subo fácilmente pero con mucho cuidado y sin dar un paso más del necesario, ya que un pasó más no puede ser, sino que es mortal.
A partir de aquí, Itziar se activa y realiza el resto de itinerario (1,3 km) andando y corriendo.
La bonita pista termina donde estaba la bifurcación del Camino Natural con la calle que ascendía a la urbanización.
El resto de recorrido es común hasta la ermita de San Antonio. Finalizamos la excursión, devolvemos en la oficina la llave de la ermita y vamos a dar un paseo por la localidad.
Bien recomendados por la oficina de información, donde hay varias tarjetas de restaurantes, elegimos una magnífica opción para comer, el restaurante Pep Cardona, donde por 15€ nos ofrecen un elaborado y exquisito menú, que nada tiene que ver con los batalleros de 12€ que ofrecen los restaurantes de la plaza.
De primero elegimos pure de calabaza y calabacín, y lasaña de col. Además de magníficamente presentado, está exquisito. Itziar se come el menú infantil.
Tenemos la suerte de viajar entre semana y estamos completamente solos, lo cual hace que el trato sea especializado, pudiendo correr la niña y pintar en la pizarra. Magnífica carrillera que se deshace en la boca.
Patata de Prades con sobrasada y huevo. Platos muy elaborados y diferentes al resto.
El precio del menú fin de semana es más elevado pero entre semana merece la pena disfrutar del menú del día con una excelente relación calidad-precio.
Y después de comer, aunque no apetece conducir con la tripa llena, aprovechamos que es la hora de la siesta de Itziar para regresar a La Pineda por bonitas carreteras a través de las Montañas de Prades. Todavía nos quedará tiempo para darnos un baño en la piscina.
La localidad de Prades ofrece multitud de itinerarios a pie, así que volveremos en más de una ocasión para realizar más rutas senderistas así como la ascensión al punto más alto, el Tozal de Baltasana.
Al igual que la oferta gastronómica, la oferta hostelera de Prades es muy elevada. Un lugar más que recomendado para pasar unas mini-vacaciones. Además de las viviendas de turismo rural en Prades, también dispone de un camping con bungalows y varios hoteles. Hasta la próxima.